martes, 17 de septiembre de 2013

CRITICA: HATE, Anaclasis: A Haunting Gospel of Malice & Hatred (2005)

Artista: Hate
Álbum: Anaclasis: A Haunting Gospel of Malice & Hatred
Género: Death Metal/Blackened Metal
Nota: 9/10




Hoy toca sesión de blasfemias, mala uva y caña burra, y para ello que mejor que desplazarse hasta Polonia donde el éxito está asegurado. País con micro clima metálico propio, tanto es así que ya hace un tiempo que flota en el aire la etiqueta de “Death Polaco”, y si un buen día se creó el “Death Sueco”, porque no optar por esta “denominación de origen”. Marca registrada aplicable a un buen puñado de bandas con varias características comunes, técnica impoluta, cojones de acero y almas de hielo. Vader, Behemoth, Decapitated, Sceptic o los propios Hate algunas de las bandas imprescindibles para entender lo que se cuece por aquellos lares. Ya lo ves, nombres escuetos y contundentes, al igual que sus trabajos. Allí se va por faena, discos de entre cuarenta y cuarenta y cinco minutos, no hace falta más, donde se reparten ostias como panes a diestro y siniestro. Lo bueno, si breve, dos veces bueno, y así de paso no alargan tu sufrimiento, pues escuchar un disco enterito de estas bestias pardas del tirón nunca deja indemne.

De los mencionados anteriormente, Hate se hermanan sobre todo con Behemoth. Vader son los padres honoríficos pero de marketing no tienen ni puta idea. Sinner, al igual que Nergal, tiene más que claro el enfoque si quieres aspirar a vender tu música por todo el globo. Death Metal con toques Black, ¿quieres llamarlo Blackened?, porque no. La música importa, pero las pintas también si quieres ganarte la vida con esto. Así que corpse paint al uso y faldones típicos del Avant-Garde, que molan cantidad. Pero Hate no son solo fachada, para nada, atruenan que da gusta y encima saben jugar con los ritmos machacones como unos auténticos maestros.

Aun encontramos otro paralelismo entre ambas bandas, al igual que Nergal, Sinner es un auténtico currante del metal, existe el talento innato y al que no es poseedor de él, le toca trabajar duro. Ambos pertenecen al segundo sector, a picar piedra si hace falta, pero al final al conseguido su objetivo. Disciplina militar y corazón de guerrero, no hay más. Y después de mucho batallar, siempre hay un disco en concreto que suele ser la piedra angular que te hace dar el salto definitivo a la primera línea de fuego. En el caso de Hate ese disco capital sea posiblemente el que hoy os traigo, que sin diferir demasiado en lo ofrecido por la banda hasta entonces, tiene aspectos que lo hacen superior. Los temas tienen más gancho que antaño, están mejor estructurados y la producción es impoluta, tema fundamental en este tipo de propuestas extremas. Además la portada da unas ganas terribles de hincarle en diente a este disco.

Comenzamos con interferencias, tranquilo que el cd no está rallado, forma parte de la habitual intro de rigor, nada, un minuto escaso y ya entramos en faena, aparece la apisonadora Hate al completo. Riff inicial repetitivo y taladrante, y la batería jugando con él a su antojo, mientras Sinner berrea impasible. Aparece el punteo melódico que nos recuerda bastante a Dimmu Borgir, y es que Hate anda continuamente entre los noruegos y los mencionados Behemoth. “Necropolis” entra hiriente, con unos chirrido de guitarra que cortan el aire, el estribillo suena a culto satánico, el tema apesta a maldad y al “Lord of All Fevers & Plague” de Morbid Angel, y conforme avanza va ganando un cierto toque épico.
Estamos on fire, vamos in crescendo y “Hex” atruena todavía más, aparece el riff machacón que es tan sencillo como efectivo, ellos lo saben y no van a dudar en abusar de él, tanto es así que justo al final del tema, después de un amago de finalizar, nos lo vuelve a soltar en toda la jeta. Aún y siendo igual de asesina, en “Malediction” dan un toque de clase al intercalar un riffeo algo más Stoner que queda cojonudo, al minuto 0:39 me remito. “Euphoria of the New Breed” es una jodida tormenta devastadora de Black Metal, de la que es imposible salir indemne, refúgiate bajo el paraguas de acero si quieres que va a dar igual, te van a llover tortas a diestro y siniestro.

A modo de compensación aparece “Razorblade”, que adopta un aire algo más machacón sin dejar de lado ese hedor a pútrido Black parte-almas. Y como si de un espejismo se hubiese tratado, “Immortality” vuelve a vapulearnos de mala manera. ¿Andas de pie todavía?, eres duro colega, aguanta que este es el mejor corte de todo el disco y no te lo puedes perder. Tema completísimo, tralla burra, interludios machacones, doscientos riffs asesinos empalmados uno tras del otro a cual más adictivo, e incluso se atreven con un solo, que no abundan en el disco. Mención especial para el riff viciante del minuto 2:35, con un momento de inspiración así puedes ganar mil seguidores de golpe.

“Fountains of Blood to Reach Heavens” no iba a ser menos, y pelea lo indecible para intentar aupar este trabajo a lo más alto, Hellrizer ha tenido que cambiar los parches de la batería tres veces ya, que manera de golpear que tiene el angelito. Dos temazos, a cual mejor, para cerrar el disco y dejarnos con ganas de más, como debe ser. Trenta y cinco minutos han sido suficientes, para que meter dos o tres temas más de relleno.


Hate dieron un puñetazo sobre la mesa con este discazo, breve pero intenso, duro, gélido, penetrante y abrasivo. Quizás no sea merecedor de ser considerado una masterpiece, pero sin dudas este "Anaclasis" es muestra de muchos quilates del poderío que atesora el metal polaco desde hace y abastante tiempo.  Si todavía no los conoces, este es tu disco, a buen seguro que no te van a defraudar, palabra de Betrayer. 




miércoles, 11 de septiembre de 2013

CRITICA: STRUCTURE OF INHUMANITY, Completion Integration (2013)

Artista: Structure of Inhumanity
Álbum: Completion Integration
Género: Melódic Death Metal/Metalcore/Modern Metal.
Nota: 8/10.





Propuesta la mar de fresquita la que hoy os traigo para cerrar este curso de verano. Structure of Inhumanity llega a manos de un servidor de pura casualidad, investigando un poco sobre los miembros de Arsis, la biblia del buen metalhead (Encyclopaedia Metallum) me llevó hasta ellos. La etiqueta de buen inicio no me llamaba demasiado la atención, pues incluía la palabra “maldita” Metalcore, pero ni corto ni perezoso decidí darles un tiento a ver qué tal. Y cual fue mi sorpresa al descubrir un disco la mar de fresco y adictivo que no puedo dejar de escuchar desde hace varias semanas. Avisar antes de nada a los que como yo son algo reacios a la etiqueta Metalcore, de que en esta ocasión dicho adjetivo solo es aplicable hasta cierto punto al juego de voces y poco más, pues no hay ni constantes breakdowns, ni abuso de los power chords, ni utilización de corso con voces limpias de forma sistemática.

“Completion Integration” se mueve en unos terrenos que engloban el Death Metal Melódico, el Metalcore y el Modern Metal bajo un mismo techo, o sea que tiene una escucha la mar de fácil y divertida. Pero no hay que engañarse, si este disco debut suena tan bien es porque detrás del telón se esconden varios personajes que ya llevan varios años en la brecha y ofreciendo buenos trabajos con formaciones que si bien no son conocidos por las masas, no tienen desperdicio alguno. En las filas de la formación norteamericana nos vamos a encontrar gente de los mencionados Arsis, también de Lilitu (Melodic Black/gothic Metal), y de Suspyre (Symphonic/Progressive Metal). Viendo estos precedentes uno comienza a entender mejor la calidad que atesora este plástico.

El trabajo en sí es bastante engañoso y bajo una primera capa de temas relativamente facilones, se esconde un trabajo instrumental excelso, destacando sobremanera el pulso constante entre guitarras y teclados. Y esa es sin duda la gran virtud de este disco, uno queda totalmente atrapado desde el principio por los atractivos riffs de inicio con los que arranca cada tema, y el resto llega un poco a traición, como sin avisar. Podemos hablar sin duda de ese feeling que desprende un “Embody the Invisible” de In Flames, o un “Taste of My Scythe” de Children of Bodom. ¿Metal para adolescentes? Por qué no, pero joder como divierte, me parece que durante estas dos semanas he recuperado sensaciones que no tenía desde hace muchos años.

Chispa, energía y dinamismo, eso es lo que nos vamos a encontrar en “Completion Integration” tema sí y tema también, el disco no desfallece en ningún momento, la frescura dura corte a corte como si el plástico se hubiese sumergido de lleno en una cubitera y no le diese la gana de salir. Todo es vibrante, equilibrado y agradable, desde los constantes juegos de voces entre Clay Barton y Noah Martin, hasta los revitalizantes teclados de Jonah Weingarten, pasando por supuesto por los espectaculares solos de Mike Iuzzolino, un perfecto desconocido de las seis cuerdas que demuestra tener un talento y una melodía en el alma que no abunda demasiado a día de hoy. Y es que tocar rápido sabe mucha gente, pero atraparte con las notas ya es otro cantar, y de verdad que este chaval lo consigue con creces.


Entrar tema a tema al detalle no creo que sea necesario en el día de hoy, bastará  un primer tiento a la divertida “The Passing Phase” o a la melodía épica de “I, On the Inside” y su tremendo solo, para que quedes atrapado sin remedio. Un disco altamente recomendable para aquellos días en que el pesimismo intenta ganar la partida, bastarán los escasos cuarenta minutos de este “Completion Integration” para borrarlo de un plumazo y dibujar una gran sonrisa. Sin poder hablar de “happy metal”, si que podemos decir que es uno de esos discos que hacen subir la moral, y eso no es poco en los tiempos que corre, así que a disfrutarlo.