miércoles, 8 de enero de 2014

CRITICA: GIGAN, Multi-Dimensional Fractal-Sorcery and Super Science (2013)

Artista: Gigan
Álbum: Multi-Dimensional Fractal-Sorcery and Super Science 
Estilo: Metal Extremo, Metal Progresivo, Avant-Garde
Nota: 8,7/10





Estimados lectores, me dirijo hoy a vosotros para presentaros el disco que cierra la trilogía de una de los mejores años que ha conocido la, eternamente underground, escena del Death Metal Técnico. Primero fueron Gorguts y su esperado “Coloreds Sands”, más tarde le tocaría el turno a Ulcerate y su asfixiante “Vermis”, y ahora cierra este terceto de piezas sublimes de metal extremo para enfermos el nuevo trabajo, de título inacabable, de los americanos Gigan, “Multi-Dimensional Fractal-Sorcery and Super Science”, ahí es nada. Tres platos fuertes de complicada elaboración y aún más difícil asimilación.

Gigan nos golpean con un metal extremo de una complejidad abrumadora, que camina sobre enrevesadas estructuras, repleto de giros inesperados, y lleno de temas prácticamente imposibles de memorizar por muchas oportunidades que les dé el oyente. Todo ello envuelto en una hipnótica atmósfera cósmico-futurista, que consigue atrapar al oyente con su oscuro magnetismo cual agujero negro del espacio sideral. Una locura extrema que parece contener cierta coherencia en sus entrañas. ¿Podemos hablar entonces de un caos controlado? Pues, aunque parezca una contradicción, yo diría que sí.

Para la ocasión, y como suele ser habitual en  discos de esta calaña, entendemos el plástico como un todo. Incluso los finales etéreo-espaciales con los que finalizan la mayoría de los cortes, obtiene una coherente continuación en el tema siguiente. Musicalmente, y para dar alguna pista más al oyente antes de enfrentarse a este monstruo atemporal, la propuesta de Gigan parece una mezcla entre el Metal Técnico Futurista de los suecos Theory in Practice, y las paranoias tecnológicas de los maestros Voivod. Cogemos ambas formaciones, las centrifugamos con energía atómica bajo la batuta de Julio Verne, y recogemos el fruto con traje anti-radioactividad para no resultar heridos. ¿Te atreves con ellos? En tus manos lo dejo valiente. Eso sí, si después de ello te salen tentáculos por los oídos o un tercer ojo en la frente, yo me eximo de toda responsabilidad, pues ya te había advertido.

Coñas aparte, hay que tener mucho estómago y un extenso bagaje dentro del metal extremo-paranoide para meterle mano a esta locura de disco. Mucha técnica, mucha tralla, mucha calidad, mucha inspiración y mucha convicción en lo que uno hace, veo yo en este enorme trabajo. El resultado final es un disco que transmite una sensación de asfixia similar a la del mencionado “Vermis” de Ulcerte, pero con la diferencia que Gigan abordan cuestiones asociadas con la ciencia y la cosmología, y eso se aprecia en la pesada atmósfera sobre la que navega todo este viaje intergaláctico-musical, que no te puedes perder si eres un ávido perseguidor de tendencias extremas que te alejen de la mediocridad redundante. La producción también echa una mano, suficientemente oscura y sucia, a la vez que nítida y no sobresaturada, vamos, exactamente lo que necesitaba un proyecto de estas características.

Un notable alto para esta burrería sonora. Y por cierto, si tienes un Almax por ahí cerca te recomiendo que te lo tomes antes de entrar en faena, de verdad que me lo vas a agradecer.

PD: Aunque la portada nos remita irremediablemente a los “Keepers” de Helloween, la propuesta de Gigan dista millones de años luz (nunca mejor dicho), de la de los “powermetaleros” germanos.

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